Yo le hecho muchas ganas pero...

 

La verdad no lo se, quizá cuando decidí que estaba cansada de vivir con un hombre que no me amaba. Pero ese hombre también era el papá de mis hijos. Bueno pero solo pensé en mí, en lo mal que me sentía por el desamor y en la ilusión que me causaba empezar una nueva vida con mis hijos. 

De eso ya hace 4 años, Leo tenía 6 años y Mario Iván 8. No es que lo tomarán bien, pero creí que lo tenía todo bajo control Me equivoque. 

Estas vacaciones de invierno le pedí a Antonio que se los llevará con él a Veracruz. No solo para que recibieran el año nuevo con su papá sino porque yo tenía en plan un viaje. Un mes atrás A.B. me preguntó sobre mi regalo de cumpleaños, yo le dije que deseaba lo más difícil y valioso de obsequiar: tiempo. Así que me propuso que nos fuéramos un día o un fin de viaje. Esas vacaciones quedaban perfectas para eso. 

Los niños se fueron y yo estaba lista, pero a A.B. se le complicaron las cosas y aunque si nos vimos y salimos, como a media semana me anuncio que definitivamente no podíamos salir de viaje pues su mamá se encontraba enferma y en su casa tenía trabajadores arreglando asuntos. Me conforme y no discutí por eso. Cuando los niños volvieron del viaje no me contaron tantas cosas como yo esperaba.

Hace dos semanas Antonio vino por los niños y después hablo conmigo. Realmente fue una fea charla, observo mis estados de whatsapp así que intuyo que yo no estaba bien, era real, de nuevo A. B. había terminado conmigo, ahora con la condición de que solo cada tres meses vendría a verme a casa. Como para mi eso era un rompimiento, pues si he andado de capa caída. El caso es que Antonio me vino a reclamar que como yo no estoy bien me la paso de enojona con los niños. Me sentí muy juzgada porque me hablo de tantos temas que él no debería de opinar porque la que se parte el alma todos los días para educar, criar, proteger y procurar necesidades a los niños, SOY YO, por lo tanto no tiene derecho a decirme que lo estoy haciendo mal. Aunque sea el papá. 

A partir de ese día comenzó mi calvario con los niños. 

Mario Iván esta en taller de herrería y su papá le comentó que era peligroso y si no se cuidaba podía quedarse ciego, yo no se como lo tomo el niño pero al otro día a la salida estaba casi llorando de la ansiedad y de las burlas que recibió en su salón cuando realizo las actividades con pavor.

Después una rebeldía que yo no comprendía porque esas palabras son las que utilizó el papá en mi contra y ahora las escuchaba de mi hijo. "Me frustras", "Te odio", "Ya no soy un niño", "Por eso nadie te soporta". Me tuve que poner muy dura con él porque no puedo permitir que me falte al respeto de esa manera, pero siento que estaba influenciado por su papá.

Hace una semana Antonio se disculpo y yo le reclame, pero insiste en que él no echo a los niños en mi contra y que debo arreglarme. 

Solo en eso tiene razón, debo estar bien conmigo para estar bien con los niños. Debo aceptar también que este ir y venir con A. B. me tiene triste y enojada. Me siento muy mal respecto a mi decisión de que los niños pasaran una semana con su papá, quizá  sin querer escucharon algún comentario en casa de los abuelos paternos sobre mí y por eso están a la defensiva. 

Es como que todo me salió mal, no fui al viaje y A.B. me mando a la goma, es como si no sirvió de nada que hice ese espacio sin los niños. Al mismo tiempo los niños están mal conmigo. O sea por todos lados salí raspada. 

Poco a poco todo debe de ir mejorando. Lo primero es atacar mis ataques de ansiedad que me hacen comer de manera desmedida. Luego mantener los acuerdos con A. B. a raya. Si solo hay amistad y nos vamos a dar "cariño" cuando lo necesitemos, solo eso será, un acuerdo adulto en el que dejemos de lastimarnos. No ilusionarme más y esperar tres meses a que deje de enfadarse conmigo y me busque, la vida no se puede detener. 

Consejo 27:

Lo que la demás gente piense de usted, no es de su incumbencia.