sábado, 26 de septiembre de 2020

El tiempo no cura nada, el tiempo no es un doctor...

 Este confinamiento no nos lleva a ningún lado, dicen que todo va a pasar y que vamos a estar bien y que pronto volveremos a la "nueva normalidad" y a las clases. Pero no es así. Nada cambia y seguimos atrapados enterándonos de personas que siguen muriendo de COVID. 

Hace una semana que no veo a A.B. por culpa del virus, ya hace un par de meses perdió a un tío, ahora fue su tía y cree que ese contagio pudo haber llegado a su hogar. Me contó como el sepelio se hizo como si no estuviera pasando nada de pandemia y acudieron muchas personas, a pesar de saber que la familia directa de la difunta esta contagiada. Hay una insensatez generalizada. 

Ayer ayudaba a mi sobrina Dani a su tarea para contestar  ¿cómo se va a hablar de esta pandemia en unos años? su primer respuesta fue que todos nos vamos a morir y no existe "en unos años", yo le dije que como en todo hecho histórico, se escribirá de esto según cada quien lo haya vivido. Aquellos que han perdido familiares o lo han padecido dirán que fue muy doloroso y les quedará de recuerdo una lesión pulmonar, pues escuche que todos los que han enfermado tendrán que vivir con eso. Los que no saben de casos o son muy lejanos, seguirán afirmando que todo fue una treta mundial de manipulación. 

En mi familia solo han enfermado dos primas, ambas han salido. Pero de mi familia muy cercana, afortunadamente nadie. Sin embargo he vivido lo que significa por lo que A. B. me cuenta, los gastos, el padecimiento, la muerte. 

Hasta parece muy lejano hace una semana, sentimos que ha pasado mucho tiempo sin vernos. Nos escribimos, hablamos y hacemos videollamadas, pero no es lo mismo. La última vez que peleamos me dijo que no quería verme ni hablar conmigo, parece que su petición fue escuchada por el universo. Esta semana de su ausencia me sentí depre, ahora me doy cuenta, me refugie en la comida, no hice ejercicio, no pude dormir y en general, sin ánimo de nada, aunque todo el día en chinga con el exceso de trabajo que el gobierno nos esta cargando para desquitar nuestro sueldo de "maestros a distancia".

Ahora creo que esto va para largo, y es mejor acostumbrarme y esperar lo mejor. Además aun no sabemos la parte más difícil, como A.B. ha estado apoyando a su familia, pues tendrá que hacerse la prueba, junto con su mamá, su tía y sus sobrinitos. Hablando de sus sobrinitos, bueno con todo lo de la tía fallecida, la hermana que se fue y dejo a los niños, apareció de nuevo, según  sus palabras literales  "con una indiferencia" hacia los hijos que abandono ya hace un año. La verdad es que no me sorprende,ya hasta pareja nueva trae, lo triste es que A.B. se hará cargo de esos pequeños como si fueran propios, mucho tiempo más, quizá para siempre. 

Los niños son muy lindos, pero debo aceptar que en ocasiones me daban ganas de que hicieramos vida en común es decir, compartir un hogar, con mis hijos claro esta. Pero al saber que su hermana no entra en sanos cabales de cordura, me doy cuenta que los lazos con su mamá, tía y sobrinos no se romperán. 

Bueno, a estas alturas del partido ya no se que es mejor para mí. Esa ilusión vaga o la realidad en la que vivo. Quizá también es momento de hacer una pausa y pensar. Esta semana me sentí triste pero no devastada, claro esta porque no fue un rompimiento sino una separación forzosa, que se puede prolongar aun más si sus pruebas salieran positivas. En el fondo el verdadero motivo de no verme es su miedo a contagiarme que se traduce en responsabilidad y amor. 

Yo más bien tengo miedo a que el sentimiento se vaya, a que nos acostumbremos a la ausencia y cuando volvamos a encontrarnos, como dice Sanz, "ahora somos como dos extraños mas...". La verdad es que lo más sano será concentrarme en otras situaciones y tomar este tiempo para mi. Ya basta de sentirme triste y enojada. Volveré a mi ejercicio y dieta, no quiero ni subirme a la báscula y llevarme una amarga sorpresa. 

De algún modo estar en pareja me obliga ( por decisión propia) a cumplir expectativas, a estar disponible siempre, a mover planes, a hacer lo necesario para estar con la persona. Ahora hare lo contrario, voy a relajarme y a dejarme llevar sin ningún tipo de estrés y que la marea siga su curso. Aunque quisiera lo contrario no es posible, la vida, las responsabilidades, los hijos, la abuela, todo sigue y yo en lugar de entristecerme pues voy a cumplir con lo que me toca. 

Ya el tiempo dirá.