No se que tan grato sea hablar de mi nacimiento ya que en la entrevista o pseudosondeo que hice con mi mamá, inevitablemente hablaba de sus otros hijos ( o sea mis hermanos). Esto no me molesta en lo absoluto pues comprendo que para ella los cuatro somos muy importantes, sin embargo en esta ocasión quería que específicamente habláramos de mi.
Algunos de los datos que pude recuperar son chistosos. Para empezar el día de mi nacimiento, mi mamá decidió ponerse a lavar: toallas, sábanas, colchas, cortinas y toda la ropa sucia que se le atravesó en ese momento. Lo cual quiere decir que no sufrió ni lo más mínimo de achaques. Lo que si es que cuando aun no sabía que estaba embarazada ya no le quedaba la ropa, y como no si semejante criatura ( o sea YO) digo "preciosa criatura" pesó tres kilos y quinientos gramos. Además no estaba quieta ni un solo momento. Creo que los bebés se mueven cuando las mamitas están sentadas o acostadas ( o eso me dice mi abuelita), pero yo todo el tiempo estaba pataleando y molestando a mi mamá. No importa que estuviera caminando, yo no dejaba de moverme y la pobre tenía que aguantar mis patadas y volteretas.
Mi papá trabajo de noche cuando yo nací y para su buena o mala suerte de mi mamá , él no estaba. Vivía mi mamá Chelelo con ella y en la noche corrió a avisarle a mi tío Lalo que estaba a una cuadra y él corrió a llevar su cuñada. Pero, apenas habían salido a la avenida central y se rompió la fuente. Imagino la escena, mi mamá gritando y mi tío diciéndome "aguanta Jovanita ya casi llegamos". Porque mi mamá ya tenía el nombre elegido aunque no sabía si iba a ser niño o niña pues en ese tiempo ni siquiera ultrasonidos. Total que llegaron al seguro directo al quirófano. Hasta después le hicieron a mi mamá su limpieza y todo porque así como llegó salí de su panza. Mi tío Lalo me conoció antes que mi papá y con su manos me tapaba la cara para que no me diera la luz y me decía "Abre los ojos Jovanita" porque como mi hermano los tenía de color, quería saber si los míos eran iguales.
Y bueno sólo agregare una última anécdota. Una vecina le decía a mi mamá que si el biberón me cabía en la boca pues como la tenía muy pequeña parecía como de a mentiritas.
Bueno es todo porque lo que siguió después ya no forma parte de mi nacimiento sino de mi lactancia e infancia.