lunes, 10 de septiembre de 2018

Motivos para estar triste

Me dijo mi hermana que mis ojos se veían tristes. Tengo tantos motivos que no se por donde empezar. 
1. Voy al gimnasio todos los días, aunque para hacerlo tenga que levantarme a las 4:30 de la mañana. Cuido mi alimentación, procuro no consumir pan y si lo hago solo es en la mañana. No como mas de dos tortillas en la comida y no ceno pesado. Tomo dos litros de agua. A pesar de todos mis esfuerzos en dos meses no he logrado bajar ni un solo gramo. La gorda eterna.

2. Tengo un esposo al que jamás veo. No peleamos, ni discutimos, y es buena persona los pocos momentos que estamos juntos. Por la mañana lo despido y en la noche me encuentra dormida. El tema es que trabaja de lunes a domingo. Jamás salimos como pareja, siempre es con los niños y esporadica, muy esporádicamente. Creo que hasta en la intimidad nos hemos enfriado, el tiene ganas y yo estoy cansada, yo tengo ganas y el esta cansado o los dos tenemos ganas pero es un día fértil y pues ya mejor no nos arriesgamos. Parecemos hermanos en vez de esposos. 

3. Seré evaluada en mi trabajo, consiste en tres pasos: 
a) evaluación de mi director, que a ultimas fechas anda muy jetón conmigo, el otro día me lo encontré en el gimnasio y fingió demencia. Además de mis constantes llegadas tardes que seguro no ayudaran. 
b) un diagnóstico de mi grupo y una secuencia didáctica que consiste en 6 tareas evaluativas, tengo hasta el 26 de octubre para subirlo en la plataforma, y la verdad creo que mis mejores tiempos ya pasaron, las grandes ideas no llegan a mi cabeza y el tiempo se me escapa como arena entre las manos. 
c) un examen que se aplicará en noviembre, los exámenes jamás fueron ni serán mi fuerte, así que siento que aunque estudie mucho no habrá forma de que mi cerebro recuerde todo.
Para mas erotismo, si salgo destacada me subirán el sueldo, eso en lugar de ser un aliciente es una presión fuerte. Pobre y burra.
  
3. Mis hijos, mis hijitos, aquellos que críe pensando que con amor, comprensión, libertad y cero agresividad o golpes crecerían siendo niños felices, responsables y conscientes. Bueno, en teoría sonaba muy bien, la realidad es que he creado un par de monstruos que no hacen mas que exigir, y exigir y exigir y cuando no se les puede cumplir sus exigencias o se les pide que se esfuercen con sus responsabilidades, se ponen como fieras, hacen berrinches, gritan, amenazan, condicionan y hasta pegan. Aunque aun son pequeños ( 6 y 8 años ) siento que se me fueron de las manos, trato de controlarlos, los castigo, les quito cosas e incluso he llegado a los golpes pero siento que nada funciona . He sido la peor de las madres.

4. Lo intente una semana, me fui a mi casa un lunes, luego como no circulaba el martes, otra vez me tuve que quedar con Yeya y ahora peor porque hasta sin carro. Y asi pase la semana, hasta que el domingo Antonio se compadeció  de mí y me llevó por mi carro. La siguiente semana otra vez tuve miedo de conducir lejos. La historia de mi vida, vivir de arrimada. Ser cobarde y dependiente. 

La vida se me va, suspirando y gimiendo, viviendo por vivir, porque amaneces y abres los ojos entonces tienes que ponerte de pie y empezar de nuevo el espectáculo, fingir una sonrisa, dibujando una sonrisa en el rostro ante la sociedad, aunque por dentro mueras. Con ganas de correr, de escapar, de salir, conducir, caminar, lo que sea, pero no estar quieta, volar, volar muy lejos, tan lejos que nadie me encuentre nunca, que solo quede un buen recuerdo de mi, de aquellos años en que era lista, bella, joven, divertida, cuando soñaba en un futuro que nunca llego. Esquiar para arriba, llegar a donde nadie ha llegado, a donde nadie te busca y te quedas en plena y eterna soledad. Eso debe ser morir, así de amargo debe ser su sabor. Por lo pronto, que comience la función. El show debe continuar...