miércoles, 25 de diciembre de 2019

Los últimos planes

La navidad no es un buen día para morir, pero ¿cuál día lo es?
Miró tiernamente como sus pequeños se colocaban las suaves pijamas de franela y se despidió de ellos como todas las noches, un beso en la mejilla y otro en la frente. Rezaron al ángel de la guardia y les dijo que los amaba con todo su corazón. 
Aguardo pacientemente a que todos en la casa durmieran, era una casa con demasiados inquilinos, el hermano, los padres, la abuela y solían apagar las luces tardes, pero cuando se ha esperado tanto tiempo se puede esperar un poco más, su cumpleaños estaba cerca, tal vez podía esperar un par de días más, pero no podía pasar mucho tiempo, no hay plazo que no se cumpla. 
Era mejor que estuviera sola, muchas personas podían rescatarla, era impulsiva pero había aprendido la lección, esta vez no podía serlo, si algo fallaba podía convertirse en una carga para sus hijos y esa era su peor pesadilla. 
Así que estaría sola, iba a conducir, era pésima conductora así que sería sencillo. Todas las mañanas pasaba por un puente cerca de su casa, siempre sentía vértigo, temía distraerse y girar el volante de mas y que sus niños sufrieran una caída mortal. Por eso los pequeños tenían que estar en casa protegidos, dormidos. Su papá se encargaría después de borrar el buen recuerdo de ella, haría que la odiaran, les recordaría todas las veces que los trato mal y los hirió, así podrían superarlo más rápido y quizá hasta les conseguiría una nueva mamá. 
Sólo deseaba que la caída al vacío fuera eficaz, tenía que ser un golpe certero, al otro día dirían en el noticiero "En la madrugada del día de hoy una mujer perdió el control de su automóvil y cayó al vacío "
Solo dos personas sabrían que no fue un acto aleatorio, sino premeditado, las dos más importantes después de sus hijos, las personas que le habían roto el corazón muchas veces y que de algún modo le hicieron saber que no les importaba. 
Entonces ella dejo de importarse también, se dio cuenta que no había avanzado nada, era la misma adolescente que 25 años atrás estaba en su pequeña habitación revolviendo veneno con jugo y que al momento que iba a beberlo, se le deslizo por las manos y luego solo soltó a llorar. El segundo intento fue más patético aun, tomó la filosa navaja que había estado guardada entre su ropa por mucho tiempo, después fingió que se metía a bañar, con todo y ropa, las lágrimas se confundirían con el agua. 
Primero midió la vena, sintió el filito, lo recargo y cuando estaba a punto de clavarlo su amiga abrió la puerta, pero ¿cómo paso eso? nadie lo sabía, le dijo que sólo sintió que algo andaba mal y que tenía que correr a verla. Con lentitud le quito la navaja de entre las manos y la abrazo, cerro la llave y la saco del baño. Ya en su cuarto lloraron juntas por la desgraciada vida de ambas. 
¿Un arma? no tenía y era difícil conseguirla, igual que las drogas, tal vez una sobredosis, pero no tenía ya los contactos. Además muchas noches soñó que se volcaba en un auto, ese era el destino seguro después de dos intentos fallidos, bien dicen que la tercera es la vencida. 
¿Los motivos? Todo y nada. La forma en que había conducido su vida, las depresiones constantes, la infelicidad e insatisfacción, los fracasos, su incapacidad para relacionarse sanamente con los demás, sus arranques de ira, sus impulsos y errores que dañaban a terceros, pero lo que la llevo a por fin tomar la decisión fueron los acontecimientos de esa navidad. 
El rechazo, el dolor de ver todo perdido, el darse cuenta que por más esfuerzos que hiciera nunca sería un ser amado, su manera de lastimar a las personas más preciadas de su vida. 
Alguna vez ella le dijo que nadie era indispensable, era real. Todos se sorprenderían,      "pero si se le veía tan bien", "últimamente estaba radiante", "siempre se le veía tranquila", "era pura buena onda hasta mandaba bendiciones", "impactó positivamente en mi vida". Todo era una farsa, sólo ella sabía el infierno que sentía en ese momento en su interior. Le habían dicho que no llenara su vaso con una sola persona, ahora el vaso estaba vacío. 
¿Que tal el día de su cumpleaños? ¿Ese es un buen día para morir?

4 comentarios:

Albada Dos dijo...

El suicidio es comprensible desde la desesperanza de quien lo planea. Parece extraño pues el instinto de supervivencia es tan potente que incluso desde los crematorios nazis planeaba en los corazones, pero al final de los finales, cuando ella encuentre su momento, lo logrará.

Un abrazo. Muy bien narrado.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Un tema que ha sido tratado desde diferentes puntas. En el fondo es una decisión que se debe respetar. Un abrazo. Carlos

la MaLquEridA dijo...

¿Estás bien Jova?



Deseo que sí.


Flor dijo...

Hola jova, yo te digo como la Malquerida ¿estas bien, esto es algo preocupante? Si te soy sincera he llegado a sentir miedo por ti y tus hijos, y más por todo lo que has pasado, si es un relato ficciticio es de muy mal gusto, ahora que cada cual escribe en su blog lo quiere, pero conociéndote también, este no es un relato ficticio. Déjame decirte que yo nací el 25 de diembre, y en mi vida he tenido muchos motivos suficientes para dejar de vivir y más por mi estado de salud enferma desde que nací sabiendo que soy y seré siempre “CARNE DE HOSPITAL"pero una voz en mi interior siempre me recuerda que tengo personas que me quieren y han sufrido y sufren por mi cada día, son mis padres mi hermano, el novio que tenía murió en un accidente de tráfico y han pasado 9 años, y no volví a tener novio ya que jamás me case.
Te deseo un feliz año nuevo para ti y los tuyos... Espero que esté año cambies de forma de pensar y te valer y te quieras un poco más, y luches por tu vida y por los de los que conviven contigo, espero que no te haya ofendido mi humilde comentario, ya que no es mi intención ofenderte, ya que sabes que aprecio mucho y te tengo en gran estima, me voy realmente preocupada y con lágrimas en los ojos, perdona.
Besos de flor.