sábado, 19 de enero de 2019

San Miguel de Allende

Previamente: 
Bren: Oye, contacte a Eli ( amiga de la infancia de ambas) y en diciembre vendrá a México (hace años que le perdimos la pista). Estará en San Miguel de Allende. Vamos?
Yo: Si me gustaría pero pues... vayamos al hotel más económico que nos sugiere Uli ( hermano de Eli).
Bren: No te preocupes por eso, yo pago el hotel y tu las comidas y la gasolina. 
Reserve del 2 al 5 de enero. Irás sola?
Yo: Creo que sí 
Día 1 ( 2 de enero):
Nos fuimos como a la 1:00 de la tarde. Con mucho gusto de tener tanto tiempo para platicar con mi amiga Bren de toda la vida, pero también con el nervio de viajar sola, sin niños y sin marido. 
Llegamos al hotel, nos instalamos y salimos a buscar comida. 
Afuera del hotel
San Miguel ( Guanajuato ) es un lugar hermoso (ideal para vivir si no fuera por el frío), seguro, con arquitectura colonial, lleno de extranjeros ( después me entere que conviven 60 nacionalidades), comida rica, pero eso sí caro.

Comimos en un lugar italiano, unos rabioles muy malos por cierto y un sandwich con ensalada. Caminamos por el jardín central que estaba bellamente iluminado, compramos café y té y volvimos al hotel a dormir plácidamente. 
En el lugar italiano

En el jardín

Día 2 ( 3 de enero)
Por fin después de tres décadas veríamos a Eli, las tres eramos grandes amigas, pero el destino quiso que Eli hiciera su vida en otro lado. Ahora vive en San Francisco y tiene un esposo y dos bellos hijos.  
Fuimos a desayunar a un lugar super cool que nos recomendaron. El desayuno delicioso aunque tuvimos que esperar una hora para entrar. Platicamos de las intenciones de Eli y su papá de querer encandilar a Brenda con Uli, porque Uli iba a ser nuestro guía de turismo ya que vive en San Miguel y la familia de Eli en Celaya. 
Desayuno de lujo
Para no hacer el relato mas largo, vimos a Eli en el parque por eso de las 2 y después nos fuimos a comer a una cantina ( la primera). Me dio mucho gusto verla, como llevaba a sus dos pequeños no pudimos platicar como hubiéramos querido pero como sea fue lindo recordar nuestra infancia, venía acompañada de su hermano Angel y de una amiga suya que es algo así como su niñera. Así que eramos una bandota. A mi me preocupaba pagar tanta cuenta, afortunadamente pago Ángel. Allí me tome una cerveza y Bren dos margaritas y comí tacos de pescado. 
De derecha a izquierda. Arthur (hijo de Eli), Alma (amiga de Eli), Yo, Bren, Eli (cargando a Juli), junto a Bren, Ángel (hermano menor de Eli) y al frente Uli ( hermano mayor de Eli)
Los niños empezaron a estar molestos así que nos movimos a un café a todo lujo por supuesto. 

Después del café, Eli se tuvo que regresar a Celaya, y quedamos de ir al siguiente día. Nos quedamos sólo con Uli y nos fuimos a otro lugar, una terraza maravillosa super lujosa ( la familia de Eli es adinerada). Uli pidió mezcal para los tres, pero la verdad se lo dí a Bren porque se me hizo muy fuerte. Me tomé un trago que se llama carrijo, charlamos rico y cenamos mejor, probé los escamoles (hueva de hormiga), unos buenos tacos de camarón y tostadas de atún. 

Estuvimos en la terraza como hasta las 10 de la noche y de allí a la cantina no. 2. Allí Bren y Uli hablaron de que los querían encandilar para que se hicieran pareja, pero por lo que él nos platico pues no le interesaba andar con nadie. Ellos siguieron bebiendo  mucho tequila, yo ya nada, la verdad es que ya no me gusta emborracharme y sentirme mal. 
Cantina no. 2

En la cantina siguiente, no. 3, que se llamaba la cucaracha, llegamos porque nos corrieron de la otra ( no piensen mal, ya iban a cerrar) y allí comenzó todo lo inolvidable del viaje. Estaba rodeada de cuadros, Bren y Uli se fueron a apreciarlos pero cuando menos lo esperaba ya estaban besándose, yo pues no entendía que onda.

Foto tomada a altas horas de la madrugada, celebrando mis 40 años anticipadamente. 
 Pero al final se pelearon y mejor nos fuimos de allí. Bren iba furica y con trabajos caminaba, pero por fin llegamos al hotel y se me puso super enferma y triste. Una borrachera de miedo. 
Día 3 ( 4 de enero)
Cruda moral y física pero yo asustada porque Bren no podía mover su brazo izquierdo, pensé que si dormíamos y comíamos chido se le pasaría, pero no fue así. De modo que mejor nos quedamos en el hotel, sólo salimos a comer y a cenar. Estuvimos descansando, platicando en la alberca y y yo para relajarme totalmente me regale un masaje muy rico. 

Día 4 ( 5 de enero)
Ese día nos regresábamos a casa, pero también era mi cumple no. 40. Desayunamos con Uli en el hotel y el muy barbajan le recordó a Bren lo que había pasado en la borrachera ( que caballeroso verdad?) porque pues ella no se acordaba de nada. Pero bueno, así son algunos hombres. Después de desayunar estuvimos comprando algunas chacharas y emprendimos el camino de regreso. 

La verdad es que la pase muy bien, lo único malo fue lo de la mano de Bren que hasta hoy no esta del todo bien, pero por lo demás fue muy emocionante probar cosas nuevas y recuperarme un poco como persona. Además de pasar parte de mi cumple de una manera diferente. Estar alejada de los niños y de Antonio me hizo valorarlos aun mas y darme cuenta que soy muy afortunada de tenerlos. Soy feliz. 
Regia a mis cuarenta

5 comentarios:

llorenç Gimenez dijo...

Hola Jova.. Interesante y emotivo relato. Me alegro que todo fuera bien, y te deseo un muy buen año..
Un abrazo..

TORO SALVAJE dijo...

Regia, claro que sí!!!

:)

Esos dos dan para una telenovela.

Besos.

Recomenzar dijo...

Me gustan tus letras y tu vida
abrazos siempre

Recomenzar dijo...

Me encanta como eres, como escribes, con tanto sentimiento... abrazos van... desde el otro lado

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Qué buen periplo para para ponerse a tono con las amistades. Un abrazo. carlos