viernes, 6 de febrero de 2009

Escribiendo a la imaginación


Este post se parece a los primeros, porque hoy escribo triste, he recordado como pase mi adolescencia soñando... fantaseando... imaginando con que alguien hermoso y bueno llegaría a mi vida. Todo estaba en mi cabeza porque lo único que llego durante 15 años fueron pedazos de seres que se empeñaron en lastimarme o que quizá ni siquiera se percataron de que lo hacían. Mientras tanto las lágrimas y la pluma me acompañaban en aquellas largas tardes en las que miraba por la ventana y esperaba la gran sorpresa de mi vida. Una de esas tardes estaba lloviendo y yo escuchaba música triste como ahora. Escribí esto a la imaginación:
"Si tan sólo sintiera tu cuerpo
Tocara tu pulso
Escuchara tu latir
Mirara tus pensamientos
Oliera tu sudor
Y probara tus labios.
El sueño intenso
moriría en un orgasmo"
(01/07/1999)

11 comentarios:

Unknown dijo...

Wow! Que fuerte lo que escribsite, je.

PEro ya lo hemos hablado antes, no tienes que sentirte mal por eso, porque gracias a eso es lo que sos hoy. Más deberías sentirte agradecida, porque lo que tienes ahora lo lograste gracias a tu experiencia en lo anterior :)

Buenísimo leerte luego de tanto tiempo. Abrazo grande desde Uruguay!

Angeles dijo...

A veces tenemos que conocer muchos pedacitos de amor, para aprender y conocerlo.
Bello llamado el tuyo.
Un beso.

Cecy dijo...

Hay una cancion que dice algo así: que por cada amor que tuve tengo heridas...
Y yo te digo que po cada amor, una enseñanza aunque el corazón a veces duela.
Eso nos va forjando para que cuando llegue el mercedor/ra, este preparado.

Besos

Anónimo dijo...

Mmm a ver, más o menos estoy en tu caso, en mi vida han habido solo sapos, pero sabes qué, aunque a veces llega algún bajón, no porque no llegue ese ser maravilloso, sino por como la gente se ha aprovechado de mi, prefiero quedarme con lo mejor de cada uno (y te garantizo que prácticamente no habia nada bueno).
Yo soy Ernesto, porque ese capullo me amargó, casi me hunde por completo, pero me enseñó la importancia de los detalles.
Yo soy Pedro, porque ese egoista engreido casi me mata, pero me enseñó la importancia de la lealtad.
Yo soy Joe, un sinvergüenza sin escrúpulos, pero que me enseñó a vivir la vida tal como viene.
Yo soy Rodrigo, mentiroso, petulante, soberbio, un niño pero que me enseñó que si algo no sale bien a por otra cosa mariposa sin excesivas contemplaciones.
Yo soy Cristián, el lobo disfrazado de corderito, la hipocresía en persona el antimoral disfrazado de moralidad, pero me enseñó la importancia de las apariencias.
Yo soy sobre todo Álvaro, mi ángel, el cual fue egoista y bajó los brazos, pero me enseñó que hay buenas personas y que a veces están donde menos no lo esperamos, me enseñó a saber valorarme por lo que soy, no por lo que esas alimañas me han dicho que soy.

Por cada uno lloré lágrimas de sangre, bueno menos por joey que de antemano ya se le veían los cuernos y el tridente, pero de todos me he quedado algo, lo poco bueno que me dieron... sin ellos probablemente yo no seria quien soy.

Sí, jode y mucho, duele y mucho, y cuando oyes la vida te devuelve con creces lo que das, te entran ganas de estirar de los pelos al idiota que creó esa frase, pues no es cierto que siempre la vida te devuelva lo que das, y que recoges lo que siembras, te aseguro que no es verdad, ... pero te diré algo, me importa un comino, sigo para alante, a veces me paro a lamerme las heridas o a desahogarme con un escrito, pero sobre todo, ahora soy feliz porque ya no espero nada de la vida, ya no espero qeu me amen solo porque yo amo, no espero que llegue ese ser maravilloro, solo camino, solo camino viendo pobres sapos que se creen príncipes... y soy más feliz porque creo que el ser humano es infeliz precisamente por eso, porque siempre está esperando algo, siempre se condiciona a que algo pase en su vida... sino llueve iré a la playa, si me aman seré la persona más feliz del mundo, sino hace frío haré una salida a la montaña... si, si, si... todo lo condicionamos, incluso la felicidad, y por tanto sino llega eso que se espera, nunca seremos felices.
Disfruta de esos momentos de alegria, de felicidad propia, y no esperes que otra persona te dé esa felicidad... y quien sabe, sin esperar igual algún dia aparece un sapo que si es príncipe

Besines

Pipina dijo...

Siempre, pero siempre, de los dolores, las frustraciones y desencantos se sale fortalecido!!! Te lo digo con la certeza de haber crecido gracias a los golpes que recibí, pero no tenemos que preguntar a la vida porque nos pasa lo que nos pasa, sino más bien responder con nuestros actos y nuestra actitud ante los hechos que la vida nos presenta.Gracias por pasar por mi rincón, te espero. Saludos Pilar

Pipina dijo...

Y a escuchar música alegre y bailar y soñar con cosas bellas!!!. ¿Sabes? pinté un cuadro con las mismas flores que acompañan tu enrada. Mirá si no hay cosas bellas que admirar. Pilar

Anónimo dijo...

PUes claro que si, seguimos en ello.
Ahora te deseo mucha felicidad, bendiciones, suerte y buenas vibras para esa nueva etapa que empiezas. Y si te hace llorar, le pegas un estirón de orejas jajaja.

Besines guapa.

Unknown dijo...

Ánimo, que la vida no solamente trae decepciones. Sueña y cree en ti, y la felicidad aparecerá por la puerta en el momento menos pensado.

Un beso.

osbel dijo...

la tristeza es parte de todo... y es una parte hermosa...
quédate con su hermosura, su sabor dulce y sus sonidos mágicos...
pero no dejes de pensar en la felicidad de estos tiempos... y que la trsiteza aparezca cuando deba... sin que se vaya la felicidad. te amo.

Thabitha dijo...

A veces te encuentras algo que escribiste hace mucho y que expresa a la perfección lo que sientes ahora. Y te das cuenta de que no has aprendido nada, de que sigues cometiendo los mismos errores, de que sigues estancada. Es en ese momento cuando decides pegar un cambio brusco para dejar de estar atada a ese lastre que te impide andar.
Gracias por tu visita.
Salud!

Unknown dijo...

Hola... hay en mi blog un premio para todos mis amigos. Ojalá pases a recogerlo, me haría mucha ilusión.